domingo, 12 de enero de 2014

Julia Navarro dará a luz en las próximas semanas a su nieta


Tiene 58 años y vive en Utah y como siempre, extraño pero cierto. Julia es la madre de Lorena McKinnon, de 32 años, y que desde hace 3 lleva intentando tener descendencia con su marido. Tras una decena de abortos naturales y con una gestación máxima de 10 semanas, ambos cónyuges se pusieron de acuerdo para buscar un vientre de alquiler.  En un primer momento, una amiga de Lorena y su propia hermana se ofrecieron voluntarias, pero poco después cambiaron de opinión. Ahí es cuando entra en escena nuestra protagonista, "como familia tenemos que ayudarnos" declara ésta al periódico The Salt Lake Tribune. Tras 3 meses sometida a inyecciones de hormonas, le fue implantado el embrión fertilizado de su yerno e hija, estimando los médicos en un 45% las  probabilidades de éxito debido a la edad de Navarro. No obstante, el proceso ha sido todo un éxito y el embarazo "ha sido tranquilo" según declara Julia. Tanto madre, como hija y yerno, como es habitual en estos casos, fueron sometidos a 3 meses de asesoría, según declara Lorena "los sociólogos querían asegurarse de que estábamos preparados, de que éramos conscientes de dónde nos estábamos metiendo", sobre todo porque "la mayoría de estas procesos se hacen con gente desconocida, es raro hacerlo con tu propia madre". Aunque aparentemente no se conocían precedentes de hechos similares, a raíz de la historia de Julia y Lorena, se ha conocido que el año pasado una mujer residente en Iowa dio a luz a sus nietas gemelas. En 2012 una mujer de 49 años dio a luz a su nieto en Maine. De acuerdo con la ley de Utah, las madres de alquiler han de reunir algunos requisitos, como son una edad mínima de 21 años, tener estabilidad económica y haber dado a luz por lo menos en una ocasión. Las parejas que recurren a estos servicios han de estar casadas y se les permite hacer un pago razonable a quien les "alquila" su vientre. El promedio de los gastos en que se incurren en este tipo de procesos oscila alrededor de los 60.000 dólares, incluyendo tratamientos médicos y el pago a la madre de alquiler, pero en este caso, y gracias a su madre, se reducirá aproximadamente a la mitad de esa cifra. Además, madre e hija declaran que sus lazos "se han fortalecido con la experiencia". Finalmente, añadir que el nacimiento de la niña está previsto para principios del próximo mes de febrero. Veremos, y no sé si sabremos, cual será la experiencia vital de la niña con su abuela-madre y su madre-hermana, y si cuando el padre diga mummy si contesta una de ellas o ambas al unísono. Vamos que de haber sido niño lo que está por llegar, y como dice la expresión popular, perfectamente podría acabar "haciéndose de la picha un lío" y nunca mejor dicho.


1 comentario:

  1. Què no harìa una madre por su hija.Me parece maravilloso, increible, un acto de amor puro. Sólo espero que la guela no sea la típica suegra entrometida porque sino...

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